sábado, 12 de septiembre de 2009

Neltil

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Tomar entre sus manos el Neltil del cuello se había convertido a estas alturas un acto casi reflejo. Miró sus manos durante unos instantes. Una fugaz visión le hizo pensar que estaban sangrando. Ahogó un grito. Nille dirigió su rostro hacia ella, inquiriéndole con la mirada.
-Nada. No ha pasado nada.
Sus manos seguían níveas e intactas. Como siempre.

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1 comentario:

William Dallas Morrison dijo...

Al menos tienes la Canción de la Esperanza siempre de fondo... Disfruta el Amor, niña. No Busques las Sombras. Corres el riesgo de encontarlas.