Me lo repetí, una y mil veces:
"No escuches el canto de sirena, que a nada te llevará.
No escuches la dulce voz de la marea, pues así como viene, se va"
¿Acaso estoy tan ciega y tan sorda como para no ver ni oir la verdad?
Quise creer en mis mentiras,
en aquellas que me forjé para no llorar.
Y tanto empeño puse en la causa
que acabé por no creer en nada más.
Me engañé a mí misma, sin piedad.
Hice lo peor que se puede hacer:
traicionar la propia confianza,
apuñalar de la mente la libertad.
Creía estar siendo sincera,
pero pasó algo que no pude evitar.
Una mañana abrí los ojos...
y esa mañana, no escuché el sonido del mar.
Porque la marea, así como viene, se va.
Porque aunque la escondas, siempre aflora la verdad.
Porque, tarde o temprano, todos necesitan llorar.
Tan sólo se pueden asumir los errores cuando te das a ti mismo sinceridad...
Yo ya abrí los ojos... ¿y tú, lo harás?
5 comentarios:
No dejas de sorprenderme ^^
Awsome!
:3
Poesía?Oo
De hace tiempo :P
Por ahora, creo que su Edward.
Pero con él nunca se sabe.
Probablemente termine huyendo de mí para refugiarse en sus propios brazos...
Publicar un comentario