miércoles, 12 de noviembre de 2008

Las Lágrimas del Demonio (3/3)

¿Qué fue lo que sentí? ¿Qué fue lo que sucedió? Sin ella yo ya no era un ser completo. Sin ella, todo perdió el sentido.

Estuve bastante tiempo en esa época de letargo, actuando por instinto. Todavía no he salido de ella. Lo desesperante es que empiezo a ser consciente de mis actos.

Noche tras noche, me dejé llevar. Paseaba por la ciudad, hasta que algún infeliz tenía la desgracia de cruzarse conmigo. Sólo durante aquellos instantes era capaz de olvidar el dolor que me cegaba. Al fin, la espiral terminó. Una noche me crucé con una jovencita de largo cabello negro, y recordé quién era yo, y en qué me había convertido.

Me abandoné a mis reflexiones. ¿Qué era lo que había hecho? Realmente, ¿en qué me había convertido?

Intenté autoconvencerme.

“Soy una bestia”, me dije. “Soy un monstruo. Fue esa naturaleza la que me hizo hacer esto...”. Pero como ya dije antes, soy humano. Y eso es lo que asusta de la situación. Es eso lo que me hace sentir la sensación de ahogo que me domina... Si yo soy un humano, y a la vez una bestia, quizá signifique que no soy el único. Que todo humano puede llegar a ser un monstruo. La Bestia está en el corazón de cada ser, pugnando por salir.... Cuando menos te lo esperas, cuando te sientes más tranquilo, quizá... esa Bestia que yace en tu interior, puede despertar en cualquier momento.

Cuando mi ángel estaba conmigo, envolviéndome con su luz, el demonio dormía. Cuando mi ángel se durmió para siempre...

No pretendo justificar mis actos. Soy culpable de todos y cada uno de ellos. No sé qué es lo que me impulsa a escribir estas líneas. Debo aprovechar los pequeños instantes de cordura para rehacer mi vida... Sólo quiero comprensión. Yo... sólo quería estar junto a ella.

Tal y como le juré, no la he olvidado. Y jamás... jamás la olvidaré.







[“La esperanza excesiva es lo opuesto a la desesperación... un amor abrumador puede consumirte al final” (Vincent Valentine, Final Fantasy VII)]

No hay comentarios: